Marc Sautet au Café des Phares (Paris 1994) Photo: Wolfgang Wackernagel

martes, 29 de marzo de 2016

Sobre el machismo

Café Filosófico en Vélez-Málaga 7.6
11 de marzo de 2016, Cafetería Bentomiz, 17:30 horas.


¿Por qué hay machismo?


Queda confirmada la tendencia de los últimos cafés filosóficos, que giran en torno a cuestiones ético-sociales. La violencia de género, el acoso escolar, las dificultades de la convivencia… y ahora el machismo. Ya sabéis —los que habéis asistido más veces— que lo que hace filosófico a nuestro encuentro es la forma de producirse y no el contenido, que puede ser cualquiera que interese a los participantes. Tocar el tema de los géneros —y no digamos el machismo— suscita siempre grandes terremotos interiores y en esta ocasión tampoco nos hemos librado: una discusión a veces testaruda, a veces atropellada y cacofónica. Sin embargo, no quedó impedido el que los asistentes afinaran sus capacidades para señalar con lucidez el momento en que el machismo irrumpe socialmente, así como la mejor manera de superarlo, más allá de la habitual dicotomía machismo-feminismo, que nos atrapa y no nos suelta. No nos deja pensar por nosotros mismos; de lo que va un café filosófico.

jueves, 17 de marzo de 2016

Ir contra el sistema



¿Quieres ir contra el sistema establecido? ¿Sientes que es necesario? Es posible que sea algo de ti mismo, de lo que no estás muy satisfecho, contra lo que vas y frente a lo que te sitúas. Míralo bien. Cada cosa que te desquicia del exterior puede tener su traducción y correlato en tu interior. De lo contrario, eso no te exasperara tanto, ni te pusiera tan tenso y con la respuesta ya cargada: automático resorte, injusticia derribada. “-¿Cómo se puede decir/hacer eso? ¿No se está dando cuenta? Es increíble. Es abominable. No lo soporto más [y allá que voy]”. Haz un breve repaso, en un momento apropiado en que estés contigo junto a lo más profundo y verdadero de ti. ¿Cuándo sientes que te estás traicionando a ti mismo? Es posible que seas capaz de establecer algún tipo de conexión entre esto y lo que no soportas. A continuación, habrías de tratar de quererte un poco más a ti mismo, aceptándolo y comprendiéndolo amablemente en ti, eso que no soportas. Estarías poniendo la primera piedra para hacer lo que tengas que hacer, pero conscientemente.
“El nacimiento del rock and roll coincidió con mi adolescencia, mi entrada en la conciencia. Fue una verdadera conexión en ese momento y después. Aunque no pude permitirme fantasear racionalmente para hacer ese vínculo yo mismo. Supongo que todo ese tiempo estaba inconscientemente acumulando información y escuchando. Así que cuando por fin sucedió, mi subconsciente había preparado todo” (Jim Morrison, vocalista de The Doors).
Esto no significa que no estés en tu derecho de ir contra el imperante sistema social, político, normativo, institucional, sus usos y costumbres inactuales, inauténticas, desquiciadoras, autoaduladoras y endogámicas.Jim Morrison quiso ir contra el sistema, creó una música maravillosa y malogró su maravillosa vida a los 27 años consumiendo mucho alcohol y otras variadas drogas. Hacer aquello que está prohibido no significa necesariamente ir contra lo establecido. De hecho, hay todo un negocio montado alrededor de la huida y la evasión de nuestros problemas personales, alrededor del entretenimiento y de la diversión. El negocio con la necesidad contemporánea de evasión y de ocio: pero no habría tanta necesidad de ocio sin unos trabajos alienantes y forzados. El problema está en otra parte.
Es cierto: nuestro mundo es hipócrita, el trato justo no predomina en la mayoría de los sectores sociales de este planeta —ni nuestro trato con él lo es tampoco—, la maldad dicen que existe, que no es simplemente ignorancia o inconsciencia, el interés mercantilista anula todos los demás intereses —la producción abstracta de dinero acaba anulando todo lo demás—, la política no es la ciudadanía, la mediocridad se regocija en sí misma masificándose, estamos perdiendo el norte, pero necesitamos ponerle el título a una película… Hay muchas razones para indignarse. “Indignaos”. Rebélate contra el sistema. ¡Haz todo lo contrario! Sin embargo, hoy es lo radical y más revolucionario buscar la verdad, el bien y la justicia. Es revolucionario apreciar la belleza y señalar aquello que es digno de ser señalado, valioso por su intemporalidad. Hay valores universales y cualidades esenciales.
Imagina fraguar un negocio basado en la verdad, el bien y la solidaridad, ¡cuántos clientes no obtendría! Sería toda una novedad, que perdiéramos el miedo a ser utilizados, manipulados y engañados; que se cumpla lo que se  promete, que se haga compatible el beneficio con el respeto al cliente y al medioambiente, un equilibrio entre la ganancia y el precio. Después, introduce también la ética y la coherencia en la política. ¡Es lo más demandado por parte del pueblo! No entiendo cómo no se dan cuenta los que desean vivir de la profesión política. ¿Acaso son estúpidos? Les bastaría hacer un estudio de mercado… No obstante, todo esto lo estamos viendo aflorar a nuestro alrededor. Nos estamos reeducando paso a paso. Por ejemplo: la gente ya sabe que dialogar no es pactar, ceder y sacrificarse. Nadie siente eso cuando se pone de acuerdo con los demás para hacer lo que es mejor hacer.
Como todos, tú también verás las noticias. ¿Son la realidad? La realidad es todo lo que hay, pero las noticias no son todo lo que hay, todo lo que podría llegar a ser noticia. ¿De qué depende que algo sea una noticia? Pues depende de que sea noticiable. Y para que algo sea noticiable, ha de haber detrás un sujeto que valore. Si en nuestro entorno predomina el interés interesado, el morbo, el escándalo y la sobredimensión de todo lo habido y por haber…, qué podríamos esperar. Son las noticias que están. Pero el mundo está lleno de acontecimientos realmente dignos de ser una noticia, y no pasajera, por cierto. Y no por ser acontecimientos cotidianos, menos trascendentes; menos grandes y valiosos, por ser locales y pequeños. Lo corriente no es noticia en este mundo que hemos ido montando, sobre todo si es bondadoso y sincero, solidario y altruista. La intrahistoria no construye la historia con mayúsculas, ni aparece en los libros de texto ni en los noticiarios, ni siquiera en los registros de los archivos oficiales. Así lo percibió con claridad don Miguel de Unamuno. Son cosas pequeñas, baladíes. Dadas por supuestas y olvidadas. Pero, ¿qué nos podría venir, si se suman muchas cosas pequeñas? Si muchas voces anónimas gritan juntas, el mensaje adquiere un significado inmenso. ¿Podría cambiar la historia y la sociedad? Como poco, serían noticia. Y ya sabes que lo que es noticia, existe. Sin embargo, para contar lo que pasa de verdad, hay que vivirlo a fondo. Y si lo has vivido con intensidad y profundidad —y tú fueras periodista—  seguro que no serían noticia las mismas noticias. Mira el telediario: en el mundo, ¿sólo ocurren hechos luctuosos y desesperados? ¿No parecen invisibles la alegría y la esperanza? Sin embargo, cada día, hay mucha gente haciendo cosas muy valiosas.
Seamos revolucionarios. La valentía es una virtud, ponía como ejemplo Aristóteles. Y añadía: la virtud es el término medio entre dos extremos. ¡Pero eso no quiere decir que nos estuviera pidiendo caer en la mediocridad! No seas ni cobarde ni temerario, pero procura ser todo lo más valiente que puedas, siempre que puedas. En esto no hay límites para la virtud. Cuanto más te mantengas en el justo medio, a más valiente, mejor. Y así con las demás virtudes. La prudencia no tiene límites, ni la sensatez tampoco. Cuanto más prudente y más sensato, mejor has obrado. He aquí una vieja, y a la vez, nueva revolución: persigamos la virtud, esas cualidades excelentes de que disponemos por ser quienes somos. La virtud de un caballo —en este sentido griego, socrático— consiste en desarrollar su propia esencia de animal veloz y galopar raudo atravesando la llanura; para un violinista virtuoso, tocar magistralmente su violín; en fin, para un ser humano como tal, ser humano. La humanidad en nosotros es una continua apertura, es una incondicionalidad brillante, es una pura potencialidad libre y consciente. Desarrollar inmensamente nuestra capacidad de ser, de amar, de inteligencia y de felicidad, nos hace más humanos. Esto es lo auténticamente revolucionario. Porque no está de moda y abunda tantas veces lo opuesto. Y porque siempre ha estado ahí, dentro de ti, esperando que te dieras cuenta. La mejor manera de ir contra el sistema es ir a favor de lo que eres, desarrollando todas tus posibilidades.

Publicado en Homonosapiens

domingo, 6 de marzo de 2016

¿Qué queréis saber?

¿Qué queréis saber?
Unos niños y niñas de once y doce años. Podrían querer saber muchas cosas que imaginamos los más adultos que querrían saber. Pero han querido saber “qué es la vida”, “qué hay más allá del Universo”, “por qué vivimos para luego morir” o “qué pasa después de la muerte”. Unos más pequeños todavía, de seis y siete años, quisieron saber “cómo podemos flotar en el aire un buen rato” y otros de cuarto curso de primaria “por qué el toro que aparece en el Guernica no está gritando”, después de haber visto en clase la impactante obra de Picasso. ¿Nos sorprende? Quizás no los dejamos expresarse, pero ellos son como nosotros y comparten nuestro mismo mundo. Y tienen mucho que decir, mucho que preguntar, no sólo mucho que preguntarnos.
Necesitamos una escuela con orejas —como nos recuerda Cristóbal Gómez Mayorga, un maestro muy a gusto entre sus maestros de edades tempranas— y no una escuela que sólo enuncie y certifique, que encapsule los saberes establecidos para impartirlos luego en cómodas dosis. No es que no sepan todavía en razón de su edad escasa, ellos ya saben todo lo que tienen que saber, traen “de fábrica” todo lo esencial que ha de desarrollarse. Y para esto, no son los contenidos sino la forma de abordarlos lo que es decisivo. Con un niño o una niña puedes hablar de cualquier tema de este mundo y de todos los mundos posibles. Ellos muy bien pueden abrirte un poco tu mente. Sólo hay que estar dispuestos a escuchar y prepararles durante un rato el terreno de la discusión, el diálogo, ese hablar juntos para entenderse.
¿Y qué sabrán ellos de Metafísica, materia de especialistas sesudos? Mucho. Recuerda cómo, para el ilustre Kant, la metafísica aborda las respuestas a inquietudes que no pueden resolverse definitivamente, pero que la mente humana no puede dejar de plantearse de continuo. Preguntas difíciles pero importantes, que no pueden ser respondidas de una vez consultando una enciclopedia o a un experto. Si tan sólo les pones esta condición a estos niños y niñas, formulan interrogantes como los que tienes a la entrada de este artículo; si les dieras la ocasión de discutir ordenadamente, escuchándose y colaborando juntos hacia lo mejor, preguntándose unos a otros, por ejemplo, siguiendo la metodología de Óscar Brenifier. Cincuenta ojos ven más que dos. La lección es valedera también para adultos…, incluso si se quiere formar gobierno. Pero escuchar requiere olvidarse de uno mismo por un rato, al menos, mientras estás escuchando a la otra persona.
Vamos ya con sus respuestas acordadas entre ellos mismos. Verdaderas e ingenuas, intuitivamente descubiertas. Profundas y provisionalmente, como ha de ser toda búsqueda de la verdad. Anteriormente, en el trayecto de la discusión, sólo habían sido hipótesis o respuestas posibles, que hubieron de ir madurando con el concurso de todos. Quédate con la respuesta que más te diga, para ir luego indagando tú mismo.
Respuestas metafísicas: ¿Qué es la vida? La experiencia de los seres de este mundo, desde el principio; lo que sucede cada día; algo único, siempre diferente en algo; la vida son emociones; la vida es un ciclo de la vida; todo lo que nos rodea; la vida es algo invisible e imprescindible.
¿Qué hay más allá del Universo? Hay muchos universos, unos dentro de otros; hay lo desconocido, o dicho de otro modo, que es muy difícil de conocer; no hay nada, igual a este universo.
¿Por qué vivimos para luego morir? Para que haya un mundo mejor, por ejemplo, que no haya superpoblación; lo que importa no es morir, sino cómo vivimos bien; es necesario morir para que la vida continúe, pues ésta es un ciclo.
¿Qué pasa después de la muerte? No sentimos nada después, una bombilla que se apaga; es como estar dormidos sin soñar; podremos seguir moviéndonos, claro, nuestra parte que no se muere; pasa que nacemos en otro cuerpo; descubres el sentido de la vida.
Una pregunta técnica¿Cómo podemos flotar en el aire un buen rato? Con alas de ardilla; montados en un avión; colgado de globos… En conclusión, no podemos flotar en el aire con nuestro cuerpo, sino con la ayuda de otra cosa. ¿Y con la mente, podemos volar? Sí, volamos con la imaginación.
Y una pregunta de Estética: ¿Por qué el toro que aparece en el Guernica no está gritando? Porque es el atacante; porque es la fuerza; en realidad, está calmando al caballo; pues no tenía miedo; es que es furia; lo que pasa es que se ha quedado sin palabras, mudo; está muerto en realidad; se puso de parte de los opresores; es una manera de expresar miedo a través de la diferencia de actitud.
Para finalizar, en el transcurso de estos talleres celebrados en los Colegios “El Romeral y “Los Olivos” de Vélez-Málaga, se les pedía a estos niños y niñas que expresaran a través de una redacción, un poema, una viñeta o un dibujo —cualquier modo de expresión— su conclusión personal, su respuesta propia a la pregunta que ellos mismos se habían planteado. Sin duda, ahora sabían más que al comienzo y mucho más de lo que hubieran llegado a saber por sí solos, en el breve espacio de tiempo de hora y media. Y lo más importante: habrían desarrollado sus propias cualidades… filosóficas.
Todos los niños son filósofos. Sólo algunos continúan siéndolo.
Michel Onfray
Para dialogar, preguntad, primero; después… escuchad.
Antonio Machado
Publicado en Homonosapiens