Marc Sautet au Café des Phares (Paris 1994) Photo: Wolfgang Wackernagel

domingo, 23 de diciembre de 2018

Sobre la corrección política


Café Filosófico en Vélez-Málaga 10.3
21 de diciembre de 2018, cafetería Bentomiz, 17:30 horas



Ya es hora de dar por acabado nuestro encuentro filosófico. Llevamos casi dos horas y ya han salido muchas cosas interesantes... Muchas gracias a todos...
Querrás decir a ¡todos y todas...! –interrumpe al moderador una participante y se ríen juntos.

Este final estaba dependiendo del transcurrir del diálogo aquella tarde larga, del día más corto del año. Y surgía del descontento de algunos participantes, sobre todo, jóvenes, que sienten como opresivo el exceso de la corrección política. Pero costó bastante al principio delimitar bien el tema. Fue el más votado, pero quedaba patente en la discusión que, entre todos los asistentes, habían votado desde conciencias diferentes. Podía haberse hablado de la política correcta, qué consideramos adecuado en política, las mejores decisiones; y ahí la ética juega un papel muy relevante. Pero el diálogo dejaba claro que los participantes, en el fondo, se morían por hablar de lo políticamente correcto, lo que se supone que es correcto en las interacciones humanas; en donde la ideología, el lenguaje y los sentimientos, las actitudes, son decisivos. Pueden ofender... ¡La ofensa y el daño... qué diferentes que son! Pero no adelantemos acontecimientos...

Es que uno, ni puede ya contar un chiste, sin que sea acusado de machista, o de racista, o de...
A veces, uno ya no sabe qué decir, o cómo decirlo, para que no siente mal...
Mirad, os cuento una situación de hoy mismo: un compañero estaba dando una charla sobre una cuestión que no viene al caso y, un poco de broma, otro, de los que escuchaban, le advirtió: “ahora estamos entre colegas, pero cuando hables de esto en público no puedes decir “discapacidad” o “minusvalía”; ahora hay que decir: capacidades “diversas o diferentes”. Mientras yo me preguntaba, para mis adentros, si no son todas las capacidades de cada ser humano ya diferentes o diversas..., si se está diciendo algo...

No sé si sabéis que esta cuestión de “lo políticamente correcto” tiene ya una larga historia, desde los años noventa en el mundo anglosajón. Y sigue siendo polémica. Y sigue escociendo. Y sigue agitándose como bandera. Y sigue escociendo. Porque algo no queda dicho, algo no se queda satisfecho en nosotros. Algo de nosotros no está siendo escuchado... Para esto está la filosofía. Como ya pensaba Kant, para salvaguardar todo lo importante y que nada, por muy importante que sea por sí mismo, oscurezca otra faceta también importante de nosotros. Para esclarecerlo está la filosofía. La dignidad se juega siempre en una delicada línea, que también puede romperse defendiendo precisamente la dignidad. Puede haber falta de conciencia, juicios limitados de por medio, no considerar el contexto o darse una incapacidad de ver cada caso en singular. Una frase que os recomiendo para pensar, de las que dijeron los participantes de este diálogo, es ésta: “la tolerancia puede llevar en ocasiones a la intolerancia”. Y por eso, la importancia del examen crítico... de la filosofía. Para adquirir mayor consciencia de nosotros mismos y el mundo.

¿Dónde está el problema enquistado? Los participantes lo dejaron claro: en la exageración. ¿Qué territorio deja atrás el exceso? Los participantes distinguieron, analizaron, discriminaron, en un trabajo conjunto. Siempre habrá que no perder de vista el contexto en que se dicen las cosas, o las actitudes que se muestran. Sin contexto no hay significado concreto. Mira, si no, el diccionario... cuántas acepciones de cada palabra. Por otro lado, nunca habrá que olvidar la intención con que se dice lo que se dice, o se hace lo que se hace... La buena intención podrá producir daño, sí, pero no ofensa... Lo primero, a veces, reparable; lo segundo, siempre, cambiando mi perspectiva, cómo miro, desde dónde miro, apreciando su irrealidad, en el fondo. ¿Y el error? Es que no puede pasar simplemente que nos hayamos equivocado... ¿No sería más sensato preguntar, primero: tú qué quieres decir, qué buscas... qué necesitas... antes de disparar...? Y lo que es más: queremos personas, una sociedad entera, que sepa muy bien guardar las formas, las apariencias... ¿Descuidaremos el fondo, el contenido, la acción, la coherencia, su ajustamiento con la realidad? Uno puede ser muy respetuoso en la forma social, oficial, políticamente correcta, y un desastre en su comportamiento poco respetuoso... y viceversa. ¿Es posible?

Así pues, quizás nos valga más ser sensibles, pero no tan susceptibles. Uno ha de ser tolerante, respetuoso, no generalizar, defender derechos y denunciar discriminaciones lesivas, abusos e injusticias, pero quizás también pararse a pensar, a contemporizar, a relativizar, a no dramatizar, a preguntar, a escuchar antes de juzgar, a ver cada caso en su singularidad... y estas cosas que dan el sano juicio, la apertura de miras y la sensatez. Es posible que hoy en día, muchas veces, necesitemos una alta dosis de sensibilidad y menos de susceptibilidad. No es lo mismo. Una produce daños, la otra fabrica ofensas; y, en la ofensa, yo soy siempre el que se siente ofendido... Esto depende de mí (Epicteto). Con esta conclusión se cerró nuestro encuentro... que no acabó, como puedes comprobar en tu propia mente bulliciosa.


Nos ocupamos del mar
y tenemos dividida la tarea.
Ella cuida de las olas,
yo vigilo la marea.

Es cansado,
por eso al llegar la noche
ella descansa a mi lado,
mis ojos en su costado.

También cuidamos la tierra
y también con el trabajo dividido.
Yo troncos, frutos y flores,
ella riega lo escondido

Es cansado,
por eso al llegar la noche
ella descansa a mi lado,
mis manos en su costado.

Todas las cosas tratamos
cada uno según es nuestro talante.
Yo lo que tiene importancia,
ella todo lo importante.

Es cansado,
por eso al llegar la noche
ella descansa a mi lado
y mi voz en su costado.

     Javier Krahe

¡FELICES NAVIDADES CONSCIENTES!

jueves, 13 de diciembre de 2018

La sabiduría del suicidio y de la muerte

La sabiduría del suicidio y de la muerte. Monográfico Eutanasia y Suicidio
Imagen | Iñaki Bellver

La pregunta que siempre ronda nuestras cabezas, ante un caso de suicidio, suele mostrar este cariz: ¿Por qué? ¿Qué puede llevar a alguien a hacer algo así? Sin darnos cuenta de que la pregunta por qué suicidarse implica siempre a la vida misma: ¿Cómo se está viviendo? ¿Cómo estoy yo viviendo? Suicidarse, uno puede elegirlo, o bien, no tener más remedio, de lo mal que se vive. Pero nuestra relación con la vida implica nuestra relación con la muerte, pues ambas son indisociables. De hecho, apelando a nuestra intuición, como suele hacer, el sabio Krishnamurti nos recuerda que “si debemos o no suicidarnos, es una pregunta que la formula un hombre que ya está parcialmente muerto”. Podemos vivir conscientemente, “muriendo” a cada instante, y así vivir con plenitud y autenticidad, amorosamente, como aconsejaba el viejo sabio sufí Ibn Arabi (“morid antes de morir”), o bien, podemos vivir en los participios: estando ya todo acabado y muerto en la vida. Sucede esto último cuando subsiste un miedo a vivir, o cuando nos apartamos del vivir de veras, sumidos en la avaricia o en la debilidad, en la apatía o en la ansiedad, en la venganza o en la envidia…, en las creencias y no en la realidad. El miedo a vivir está en el origen de todas nuestras salidas desarraigadas de la vida y a la muerte, ese tándem que constituye nuestra existencia. Vayamos ahora paso por paso.


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sábado, 1 de diciembre de 2018

Filosofía de la espiritualidad (un preludio)

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Hablemos de vida espiritual, y hablaremos de la vida interior. Vida de la conciencia. Y si hablamos de vida de la conciencia, nos referimos a una actitud determinada, una perspectiva propia, una mirada irrepetible. Conciencia es perspectiva consciente. Pero también, nos referimos a un particular y concreto nivel de desarrollo de la conciencia. Conciencia es la actualización singular aquí y ahora de un potencial de vida. Puede estar más actualizado o puede estar menos actualizado. Así se muestra. Así se expresa. De manera que este desarrollo puede acompañarse de un trabajo interior. Un trabajo espiritual que ejercite ese potencial de conciencia siempre presente en nosotros y lo vaya desplegando más y más. Pierre Hadot se refiere a un conjunto de ejercicios espirituales practicados en la antigüedad, recogiendo la tradición de la áskesis greco-romana. Nosotros hablaremos sencillamente de ejercicios filosóficos para aprender a vivir mejor toda nuestra profundidad de ser. Ese vacío fértil. Ese silencio creador y vivo.

Publicado en la Revista El Búho, Número 17 (1 de noviembre de 2018)


domingo, 18 de noviembre de 2018

¿Cómo evolucionar adecuadamente?

Café Filosófico en Vélez-Málaga 10.2
16 de noviembre de 2018, cafetería Bentomiz, 17:30 horas.


Unas horas después del Día Mundial de la Filosofía, ahí estaban casi cuarenta participantes de nuestro Café filosófico para indagar sobre la evolución. Social, cultural, histórica. El recorrido por nuestras evoluciones humanas requirió de una importante clarificación conceptual... para no perdernos, para no confundirnos. En exceso. ¿Qué es lo adecuado? O mejor, y más fácil quizás, ¿qué es lo inadecuado? Pero antes, ¿realmente evolucionamos? ¿Qué es evolucionar? ¿Es lo mismo que progresar? Pero, el progreso ¿es irreversible? ¿Y es siempre positivo? ¿Qué pasa con las metas a las que nos dirigimos? ¿Son siempre utópicas? ¿Puede haber consenso sobre los contenidos a perseguir, o lo importante es el modo como los alcancemos? ¿Y de qué manera hacemos compatibles el bien individual con el bien general? ¿Sólo buscamos unas mejores condiciones materiales? Imaginaos, a todo esto se pusieron manos a la obra los asistentes. Con mucha disciplina, con mucha colaboración mutua. Y así acabaron encantados. Lo dijeron. Cada uno a su casa, se llevó una buena remesa de cosas que pensar... para vivir mejor. Juntos.

Descartes nos ofreció su diáfano parterre para encauzar la primera reflexión, personal en este primer caso: ¿Ha quedado algo mínimamente claro en tu vida? Esta “tecnología del yo” (Michel Foucault) nos la ofrece Descartes, que le pasaba como a nosotros, dudaba. Tenía pocas cosas claras. Pero quería aclararse. No era un escéptico cualquiera (escepticismo metódico, lo ha denominado la tradición). Dudaba, buscaba, para encontrar algo indudable. Y creyó encontrarlo: la evidencia racional. Pero nosotros, que también dudamos, ¿hemos llegado ya a alguna evidencia, por pequeña que ésta sea, por muy personal o subjetiva que resulte? Y así estuvieron un rato, compartiendo sus evidencias, sus “claros del bosque” (María Zambrano), en que descansaban ahora sus vidas.

Una evolución es una variación o diferencia respecto a un estado previo que consideremos. Y es irreversible, en el fondo, pues nunca nadie cae dos veces en la misma piedra, o se baña dos veces en el mismo río (Heráclito), aunque parezca a primera vista la misma piedra y el mismo río. Además, no hay que confundir progreso con evolución. El progreso es una evolución positiva... Pero una positividad que satisface un bien mayor o un bien para la mayoría, según interpretaciones más o menos utilitaristas, pero que no desdeña nunca –ni debiera hacerlo– los errores y los fracasos. También son progreso, o mejor dicho, el progreso necesita de ellos, pues todo progreso adecuado se nos presenta –según dijeron los participantes– como un aprendizaje, un descubrimiento, o quizás un autodescubrimiento en la historia (Hegel).

Por otro lado, la metas a perseguir pueden ser problemáticas... Lo que hoy nos parece bien, mañana puede no parecernos bien... Incluso, podemos descubrir más adelante, con su puesta en práctica, que aquello se nos muestra totalmente nefasto. Podéis poner muchos ejemplos actuales, efectos de la utopía del progreso ilustrado: “seremos mejores (social, moralmente) a base de desarrollo científico-tecnológico”. De modo que más nos vale plantear ideales, utopías, abiertas, como metas orientativas, ideas regulativas (Kant), que no se alcanzan nunca, pero nos orientan en la misma búsqueda. Aspirando a los consensos más amplios posibles, sabiendo que, además de los contenidos alcanzados, importan mucho cómo se han logrado, si es adecuado el procedimiento. Simétrico en sus procesos, la igual posibilidad de intervenir por parte de todos los afectados e implicados en un problema (Habermas), y la corresponsabilidad de todos en relación con consecuencias generadas por nuestras acciones (Apel).

Y todo esto lo dijeron ellos para ti, sin tener que citar a ninguna autoridad, a ningún filósofo: el bien general no es posible sin el bien individual ni viceversa. Ni tampoco unos bienes materiales sin el logro de unos bienes espirituales, una mínima armonía o paz interior. Y muchos dirán que no nos pondremos de acuerdo, y que será injusto que así sea... Pero, ¿no es posible un consenso en lo mínimo, en lo básico? No en vano todos nosotros somos los seres humanos. A veces lo hemos conseguido. Verbigracia: los derechos del hombre y los del niño y los de la mujer y los de otros seres no humanos... No se cumplen siempre, pero nos orientan y nos permiten juzgar lo más correcto posible que sepamos. ¿Y no hay unos derechos y unas necesidades básicos que todos compartimos como seres humanos, como seres vivos, como habitantes de este planeta junto a otros. He ahí el camino adecuado.








sábado, 20 de octubre de 2018

¿Cómo podemos liberarnos de la presión social?

Café Filosófico en Vélez-Málaga 10.1
19 de octubre de 2018, Mercado de San Francisco, 17:30 horas.


¿Cómo podríamos hacer frente, de la mejor manera posible, al mundo que nos rodea? Para mejor situarnos en él, para situarlo a él mejor en nosotros... Con sus estímulos, con sus presiones, y nosotros con nuestras respuestas, con nuestras acciones, con nuestras reacciones... Como norma general, la respuesta podría ser: con nuestro mayor desarrollo personal, con nuestra madurez, con nuestra mayoría de edad (“ten el valor de servirte de tu propio entendimiento”, nos recordaba Kant), tus propias capacidades desarrolladas. Y la filosofía, el filosofar, colabora en esta tarea personal y social de madurar, de ver el mundo, nuestro mundo, con ojos reflexivos, críticos, simpáticos, ojos nuevos, sensibles pero a la vez desidentificados, integrados y distanciados, orientados hacia lo universal y necesario, a lo fundamental, la raíz y la fuente. De lo que hay. De lo que somos. Esto quiso decir uno de los participantes del primer encuentro de la temporada 2018-19. Muchos de los presentes quisieron también celebrar las últimas noticias: desde hace mucho, la ocasión única en que nuestros políticos han llegado a un consenso (¡aaaleluya!), sobre la necesidad social, educativa, de la filosofía, ya desde las propias aulas. Muy buena señal. Es posible que se vaya percibiendo que lo que hoy necesitamos ya estaba ahí desde hace veintiséis siglos. Desde hace tiempo, era hora de ir recuperando a la filosofía como un modo de vivir consciente, autónomo y crítico. Aunque, todo hay que decirlo, también es responsabilidad de los filósofos profesionales su cuidado.



martes, 25 de septiembre de 2018

Comprender las actitudes tóxicas



Dicen que hay personas “tóxicas”, o incluso con mayor precisión, ambientes familiares, laborales, sociales, que son “tóxicos”. En ocasiones podemos obviarlos. Pero, ¿qué sucede cuando no podemos, cuando hemos de convivir necesariamente en medio de este tipo de ambientes? Dijeron nuestros participantes que esta situación humana se da cuando nos sentimos limitados para poder crecer, para ser nosotros mismos, y sentimos daño e impotencia. Tú lo habrás vivido alguna vez... Lo que no sé, es si te habrás planteado por qué desprenden toxicidad algunos ambientes, por qué algunas personas se nos muestran tóxicas. ¿Qué les pasa? Quizás sólo son como tú y yo, pero que la manera de dar salida personal a sus propias carencias produce estos efectos en los demás... Quizás cabría comprender –desde sí mismos– a estas personas, que percibimos como tóxicas. Te lo habrías planteado, si hubieras asistido a nuestro café filosófico. Y, en ese caso, ¿qué hacer, cómo proceder, si nos toca el estar sumergidos en un ambiente de este tipo? Algunas respuestas, las podrás encontrar en el relato seguido de lo que allí aconteció aquella tarde, en la Cafetería Bentomiz de Vélez-Málaga. Por si acaso no pudiste asistir...





lunes, 24 de septiembre de 2018

La manipulación social





¿Por qué hay tanta manipulación en nuestras sociedades? ¿A quién beneficia? ¿Cómo me afecta? ¿Cómo podemos escaparnos, qué podemos hacer, ante tales manipulaciones? Si el hecho de que exista manipulación en un ámbito determinado supone una estrategia manipuladora, que oculta, tergiversa, engaña y demuestra mala fe, con la finalidad de satisfacer unos intereses concretos -individuales o corporativos-, insanos, dañinos para la persona o para el bien común, entonces, no nos queda otra que prepararnos para disponer un criterio propio y consciente. Cuando somos menores de edad, no podemos, pero cuando ya poseemos nuestras capacidades mentales desarrolladas, no tenemos excusa para seguir siendo “menores de edad”, para dejarnos conducir pasiva y acríticamente. No tenemos excusa –salvo las malas excusas de la pereza y la cobardía– para no ser “mayores de edad” (Kant), y pensar y actuar por nosotros mismos. Que haya manipulación social, educativa, cultural, económica... no depende de nosotros, está ahí, pero que seamos víctimas propiciatorias, ¡sí que depende de nosotros mismos! Esto te diría Epicteto, y lo habrías oído de los participantes en el Café filosófico de febrero. Este grito: ¡sé consciente de ti mismo y desarrolla todas tus cualidades! Es el mejor antídoto.


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sábado, 25 de agosto de 2018

El despertar de la conciencia

Café Filosófico en Vélez-Málaga 9.6
16 de marzo de 2018, Cafetería Bentomiz, 17:30 horas.


Nuestros participantes inundaron de buenas noticias el encuentro filosófico del mes de marzo. Noticias, al parecer no muy publicables en los medios que nos invaden. Cosas que pasan y cosas que nos pasan, casi desapercibidas, en un mundo que parece –no sabemos del todo si aposta– empeñarse en ofrecer, continuas y seriadas, malas noticias. Y no todo está tan mal en este mundo. La gente normal completa cada día de cosas buenas su día. Nosotros, que estamos despertando, que somos conscientes. Por esto, se preguntaron aquel día 16 de marzo de 2018, a las cinco y media de la tarde, en la cafetería Bentomiz de Vélez-Málaga, por el despertar de la conciencia. Pero, ¿qué es el despertarse? ¿Cómo saber que hemos despertado? ¿Por qué hay despertarse? Y, además, ¿es un despertar individual o es colectivo? Ay!, la conciencia colectiva... con este despertar... otro gallo nos cantaría. Y os lo puedo asegurar... ellos estaban muy despiertos. Para saber más, habrás adentrarte en el relato que sigue a continuación.

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martes, 14 de agosto de 2018

Sobre el conflicto entre lo legal y lo moral


Café Filosófico en Vélez-Málaga 9.7
20 de abril de 2018, Cafetería Bentomiz, 17:30 horas.


¿Por qué hay leyes injustas? ¿Puede lo legal recoger la complejidad de lo moral? ¿Qué es primero, qué es la base, lo legal o lo moral? Ellos y ellas eligieron esta temática... les preocupa su frecuente falta de coincidencia en las sociedades actuales. Convinieron en que nuestra moralidad es lo primero, de donde emerge la diversidad de normativas y regulaciones, es la fuente. Pero, ¿de dónde nos viene esta fuente? Lo quisieron indagar. Quisieron ahondar, tal es la actitud filosófica. No se arredra por nada. Ninguna dificultad, si lo investigamos juntos. Pues bien, ¿nuestras convicciones morales nos vienen de fuera, de la educación, la cultura, la época, las costumbres (mos-moris), un consenso social? O más bien, ¿nos vienen de dentro, una conciencia natural, un sentir primigenio, un mínimo valorativo en nosotros, una capacidad muy nuestra, muy humana, de valorar, de juzgar? Tú tendrás tu visión al respecto, pero para conocer lo que el grupo dio de sí en este tema, tendrás que seguir leyendo... Sólo te adelanto que Nietzsche estuvo muy presente, tanto al principio y como al final.


De manera que da comienzo al diálogo una pregunta muy nietzscheana: ¿Qué he aprendido yo a aceptar de mi vida, a decirle que sí? Cada uno, cada una, habría de revisar por un momento su vida reciente y ver qué había aprendido a aceptar. En el transcurso, hubieron de aclararse algunas reticencias que suele suscitar dicha cuestión de la aceptación, junto con sus malentendidos. Primero, decir que “aceptar” supone el primer paso para vivir mejor –partir de lo que hay, de la realidad– y no consiste en resignarse, pues hay que distinguir entre esa aceptación, que es pasiva y una aceptación activa, que implica hacer lo que tengas que hacer, pero bajo el paraguas de la asunción de la situación real; sin olvidar que si algo se nos resiste a su aceptación, de igual modo habría que darse cuenta de dicha resistencia y aprender a aceptarla. Comprender mis resistencias resulta muy útil para conocerme mejor. (Enlazo esta conferencia de Mónica Cavallé sobre esta decisiva materia). Le damos la voz ya a los participantes:


martes, 24 de julio de 2018

¿Qué es estar en el presente?

Café Filosófico en Vélez-Málaga 9.11
15 de junio de 2018, Cafetería Área Quattro, 17:30 horas.


Lo que es cierto, y que clara y patentemente se conoce, es que ni lo pasado es o existe, ni lo futuro tampoco. Ni con propiedad se dice: “tres son los tiempos: pasado, presente y futuro”. Y más propiamente acaso se diría: “tres son los tiempos, presente de las cosas pasadas, presente de las presentes y presente de las futuras”. Porque estas tres presencias tienen algún ser en mi alma, y solamente las veo y percibo en ella. Lo presente de las cosas pasadas, es la actual memoria o recuerdo de ellas; lo presente de las cosas presentes, es la actual consideración de alguna cosa presente; y lo presente de las cosas futuras, es la actual expectación de ellas.

Agustín de Hipona


Nuestra tranquila y acogedora sede de verano, en medio del Patio de la Meditación del antiguo Convento de las Carmelitas, la terraza de la Cafetería Área Quattro, la encontramos transformada en una ruidosa sala de vídeo al aire libre por mor de un día de fútbol, en que se había convertido esta última tarde de viernes de la temporada de cafés filosóficos. Aunque uno no lo quiera. Veníamos de realizar el mes anterior un taller de filosofía sobre la pregunta ¿quién soy yo?, un segundo encuentro en el marco de la III Bienal de Arte y Escuela de la Axarquía. El primero trató del arte. Además, una cajita de bombones, que trajo el facilitador de estos encuentros filosóficos, sirvió para recordar que ésta culminaba la décima temporada y que este café filosófico sumaba, aproximadamente, su número cien. Se repasaron los comienzos –allá por las tierras de Córdoba, en Cabra y en Castro del Río– , y su continuación por distintos lugares de la ciudad de Vélez-Málaga: las cafeterías Casarte Azul, Niza y Bentomiz, la sede habitual, algunos centros educativos, como los IES Almenara, Reyes Católicos y Juan de la Cierva, así como el Centro de Arte Contemporáneo y la Fundación María Zambrano. Pero ahora estábamos allí presentes, y había que hacerse cargo de esto, de nuestro presente. Luego entenderéis por qué decimos esto.





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viernes, 13 de julio de 2018

¿Qué soy yo?

¿Qué soy yo?
Preguntar por la naturaleza humana –en la era de la ciencia y la tecnología– ha de llevarnos con frecuencia a recoger confortablemente los resultados de las ciencias humanas y naturales. Y con ello ya obtendríamos una prolija recopilación de datos acerca de lo que somos. Sin embargo, por muy necesario que esto pueda parecer, por muy conveniente que resulte disponer de la última información registrada por la neurociencia o la antropología, evitando el riesgo de tratar de responder a la pregunta qué somos sin el asidero de los hechos –hasta el momento– contrastados empíricamente, tan sólo estaríamos situados en la superficie visible de nuestra naturaleza. Incluso, diríamos, en la superficie de la esencia del universo. La pregunta por la naturaleza humana –qué soy yo– necesita acudir al fondo de lo que yo mismo soy –quién soy yo–, y no solamente cómo somos, mis variados y cambiantes modos de ser, nuestras características observables, también desde la perspectiva de lo estudiable científicamente.

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miércoles, 4 de julio de 2018

II Diálogo filosófico en la onda: El origen del mal

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Segunda entrega de esta serie de diálogos, celebrados en la radio escolar del IES Juan de la Cierva. En esta ocasión sobre el mal humano, el mal moral. Puede ser que descubramos algo más allá de tópicos: si somos o no somos buenos por naturaleza. Puede ser que descubramos que no existe el mal, ni los términos negativos, si lo miramos desde una perspectiva, un nivel de conciencia algo más elevado. En este sentido, vino en nuestra ayuda el viejo maestro Sócrates. Lo que significaría que si queremos que haya menos mal en el mundo, habría que introducir mayor bien, y no principalmente, como ahora, luchar contra el mal. Es como poner luz... acaba la oscuridad, puesto que por sí misma no tiene una entidad propia.
Salud y filosofía. La filosofía es filosofar.

viernes, 25 de mayo de 2018

“El ser se es, no se declina”



¿Quién soy yo? Es una pregunta fundamental que uno ha de sentirla alguna vez como propia, y si no fuera capaz siquiera de una aproximación o respuesta, al menos, habría de resultarle muy instructivo el ser consciente de lo que no es, de lo que uno cree ser, del personaje con el que va por la vida diciendo, actuando, relacionándose, viviendo. Este segundo encuentro filosófico, de nuevo dentro del marco de la III Bienal de Arte y Escuela de la Axarquía, no quiso adquirir el formato habitual de un Café filosófico, sino más bien el de un taller donde se construye filosóficamente, cooperando, el sentido de una cuestión consustancial a nuestras vidas. Y así, en sucesivas oleadas, fuimos adentrándonos en el “corazón de la lechuga” que constituye el carácter hojáldrico de nuestra identidad personal. El centro que somos, el fondo originario del que emergen todas nuestras formas de ser y de actuar en la vida cotidiana, sin el que no sería posible todo lo demás que podemos llegar a ser. Suele estar oculto por sucesivas capas, de ahí que los antiguos griegos hablaran de a-letheia (no cubierto, no oculto, no tapado), para referirse a la verdad; y nosotros hagamos uso de la palabra des-cubrimiento para referirnos al momento único en que arribamos a ella. Nuestra verdadera identidad. Pues bien, si queremos adentrarnos en pos de nosotros mismos, este encuentro te hubiera ofrecido, si hubieras asistido, diversas y sucesivas maneras de efectuarlo, deshojando las distintas capas de que nos hemos ido cubriendo a lo largo de nuestra la existencia. Sigamos grosso modo este recorrido:

1) Aquello que está en ti debido a tus circunstancias, de nacimiento o por avatares de la vida en este mundo, sociales o familiares, o aquellas otras circunstancias convencionales que te vienen dadas, que tú no has elegido, y que podrían haber sido de otro modo... todo eso, no eres tú. Así que no te empeñes en que tú eres fulanito, por ejemplo, porque si tus padres te hubieran puesto otro nombre, o bien, hubieras nacido y vivido en otras circunstancias, ¿ya no serías tú?

2) No pretendas afirmar tampoco que vives en tal o cual sitio, o te dedicas a esto o a lo otro, porque, cuando todo ello cambie, o antes de ser así, ¿ya no serías tú?, ¿ése no eras tú? Muchas cosas de tu vida van modificándose, tú vas cambiando, pero, ¿qué eso que siempre eres? ¿De dónde te viene la sensación de yo soy? Eso no cambia... así que no digas que eres un educador jubilado, ni que eres una abuela...

3) Pero si llegas al punto en que te parece que ya has profundizando bastante, que ya has indagado suficiente y, por ejemplo, estás convencido –como algunos de los participantes– de que eres humilde, buena persona, una buscadora, un ser viviente, que eres humano..., reflexiona si más bien no te estás refiriendo a cómo eres, tus cualidades o características personales aquí y ahora, y no a lo que eres, tu identidad.

4) Ellos y ellas decidieron, tras una instructiva discusión –indagación moderada por un aprendiz socrático que pasaba por allí–, que lo que soy puede tener que ver con una incógnita siempre por descubrirse; una pura consciencia (no la conciencia particular de algo); un potencial que se realiza, a veces más, a veces menos; quién siente (el sujeto, no aquello que siente el sujeto); la vívida sensación de yo soy.

Es posible continuar indagando, despojarnos de las sucesivas capas de que nos hemos ido cargando con la edad y la experiencia, hacia vislumbrar el corazón de lo que somos, en su profundidad, en su originalidad, en su radicalidad, pero estos participantes, con esto, quedaron satisfechos por el momento. Fueron más conscientes de sí mismos y cerraron el encuentro con un dicho de María Zambrano, que aportó de memoria uno de los participantes, cubano de origen pero afincado en Suecia. Sin duda, eso era lo que menos nos importaba..., puesto que “el ser se es, no se declina”.

domingo, 20 de mayo de 2018

Por qué el arte



¿Qué es el Arte? ¿Por qué el Arte? ¿Para qué el Arte? Preguntas esenciales sobre una faceta esencial del ser humano, que los participantes de este Café Filosófico no quisieron dejar de abordar en un marco tan señalado: las actividades de la III Bienal de Arte y Escuela de la Axarquía (11-23 de mayo de 2018). El arte nos sale de dentro, pues no deja de ser una de las capacidades más propiamente humanas, vinculada a nuestra dimensión espiritual, algo de lo más sublime a que podemos aspirar sentir, expresar, vivir. Ahí está el testimonio ancestral de las pinturas rupestres... Que uno puede pensar que poseían una utilidad práctica, pero que suscitan y expanden emociones. Aunque es cierto que el arte, a través de sus obras, tanto en el acto creativo del artista, como en el acto contemplativo de quien las observa o participa en ellas, añade un plus, un goce, pero que se disfruta por sí mismo y no como medio para otra cosa, que aporta algo no material a través de lo material, diferente, más allá de lo dado.

¿Qué es lo bello que el arte propicia? ¿Es lo bello sólo lo que es agradable, bonito, placentero? Una animada discusión que llegó a situar al grupo ante la siguiente tesitura: si únicamente es agradable lo bello, habríamos de arrojar a la basura buena parte de lo que hemos considerado obras de arte, de aquello que nos permite contemplar la belleza de variadas maneras... ¿Qué habríamos de hacer con lo siniestro, lo inquietante, lo terrorífico, lo fúnebre, lo perverso, incluso la fealdad aparente, que nos puede suscitar de otro modo una experiencia estética? ¿Eliminamos de un plumazo las pinturas negras de Goya o los relatos de terror de Edgar Allan Poe, por ejemplo? Como dijo Víctor Hugo:

  “La musa moderna sentirá que no todo en la creación es humanamente bello, que lo feo existe en ella al lado de lo bello, lo deforme junto a lo gracioso, lo distorsionado en el reverso de lo sublime, el mal con el bien, la sombra con la luz; y se preguntará si concierne al hombre rectificar a Dios”.

Así, el grupo convino que la esencia de la belleza es de una calidad anterior a todas esas sensaciones, agradables o desagradables, que forma parte de una sutileza previa de que están hechas todas las cosas. Y, ¿qué tiene la belleza, que el arte y la naturaleza tanto la procuran, si la miramos con ojos nuevos? Ellos y ellas, estos dieciocho participantes te lo indican: una forma de conexión, una forma de armonía y de unidad, una conmoción que no te deja indiferente, una forma de comunicarnos, una forma de conocer y de conocernos, que no es reducible a ninguna otra forma de conocimiento, que finalmente hay que sentir y que gozar, hay que vivir. Porque si no... ¿dónde estás belleza?

El próximo miércoles, en el mismo sitio, habrá más...

viernes, 2 de marzo de 2018

Diálogo filosófico en la onda: el amor

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Iniciamos un ciclo de diálogos filosóficos en la radio escolar del IES Juan de la Cierva. En esta ocasión (19/02/2018), se habló del amor, sobre la esencia del amor, no ese amor cosmético o tratado como mercancía, sino del verdadero amor. Y, una vez entrevisto algo de la esencia básica, sirvió como herramienta para poder ser críticos con algunas otras formas de amor erróneas o desviadas de este centro... como el amor posesivo, obsesivo, romántico... Esperamos que os guste, teniendo en cuenta que es la primera experiencia de este tipo... Por ello, también esperamos sugerencias y críticas, al objeto de ir mejorando con el uso. Saludos.


martes, 16 de enero de 2018

¿Son necesarios los roles de género?

Café Filosófico en Vélez-Málaga 9.3
15 de diciembre de 2017, Cafetería Bentomiz, 17:30 horas.




Continúa la tónica de los cafés filosóficos durante la presente temporada, en los que entre el abundante público suelen encontrarse bastantes jóvenes de edad. Pero allí todos, jóvenes y adultos, una vez más, han mostrado que pueden entenderse. Poniéndose cada uno en el lugar del otro, condición indispensable. En este caso, como varones han sido capaces de ver las cosas de las relaciones de género como las ven las mujeres; y la mujeres de la reunión, jóvenes y adultas, han sido capaces por su parte de mirar desde donde miran los hombres. Seres humanos en masculino. Seres humanos en femenino. Por lo tanto, han examinado la temática de los roles de género con mayor objetividad. De eso se trata, precisamente, en un café filosófico. Filosóficamente.